El problema que hemos encontrado es que dependiendo del tipo de arena que se utilice la calidad del cemento aumenta o disminuye, de manera que cuando aumentan las impurezas en el cemento puede llegar a tener un impacto negativo en el hormigón y puede ocasionar problemas graves como derrumbamientos.
Por eso la arena de las playas no es aconsejable utilizarla para la fabricación de cemento o para materiales destinados a la construcción, ya que tiene un elevado número de impurezas que son muy difíciles de eliminar por no decir imposible.
El lado positivo es que es un material fácil de conseguir y no a un precio muy elevado, y que además se utiliza para multitud de procesos de fabricación.
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